Por José Gregorio Aguilar
Los niños que experimentan depresión o ansiedad y no son atendidos, no pueden aprender matemáticas y no comprenden una lectura acorde a su edad, reveló la organización civil Mexicanos Primero.
La pandemia, el cierre de escuelas y el regreso a clases presenciales evidenciaron un deterioro creciente de la salud socioemocional de docentes y estudiantes.
Ante esta realidad, Mexicanos Primero, presentó el estudio “Aprender a estar bien, estar bien para aprender” en el que se revisa la situación socioemocional de niñas, niños y adolescentes (NNA), así como las políticas educativas para el bienestar emocional en las escuelas, y se abre la conversación para que este tema, que es parte esencial del derecho a aprender, sea atendido desde la política educativa.
Este estudio evalúa el impacto de la situación socioemocional en los aprendizajes de estudiantes de educación básica, explica las emociones vividas durante la pandemia, y demuestra que la escuela y sus docentes deben ser el primer filtro para identificar situaciones de ansiedad, miedo y depresión en las y los estudiantes, y canalizar los casos graves a centros especializados; pero, para lograrlo, se necesitan maestras y maestros que estén bien socioemocionalmente, formados y acompañados para que sean ellas y ellos quienes puedan actuar en las escuelas.
El director de investigación en Mexicanos Primero, Fernando Ruiz, aseguró que la evidencia que presenta esta publicación comprueba cómo las emociones afectan la forma en que aprenden y cómo la convivencia entre estudiantes y maestros contribuyó a recuperar su estado de ánimo y mejorar los aprendizajes.
“Estar bien para aprender requiere no ver a la educación socioemocional como contenidos a enseñar, sino como una nueva forma de aprender, ahora de forma integral y transversal, en donde los aprendizajes no deben verse ajenos y separados de la corporeidad, los procesos intelectuales, psicológicos y del comportamiento”, añadió.